La relación entre la música y las matemáticas ha fascinado
al pensamiento occidental desde la aparición de Pitágoras, el sabio de Samos
que fue iniciado por los sacerdotes egipcios en los misterios del cosmos y
quien creyó percibir un mismo patrón matemático, una armonía entre las
estrellas y las cuerdas musicales. Un prototeorema, famosamente expresado en la
frase "hay geometría en la vibración de las cuerdas, hay música en los espacios
entre las esferas".
En la última etapa de su vida Bach se interesó mucho por la
simetría musical, creando una serie de acertijos o problema musicales para sus
alumnos. Estos acertijos o puzzles están sobre todo presentes en sus cánones y
fugas, los cuales debían ser descifrados para poder ser interpretados
correctamente, por ello la inscripción de Quaerendo Invenietis ("Busca y
deberás encontrar") en su colección Ofrenda musical, BWV 1079, una de las
grandes obras maestras de simetría musical y en la cual se revela la visión
toral de Bach: la música es una ofrenda a la divinidad, y en ella la gloria
divina se transparenta.
El "Cánon del cangrejo", según Douglas Hofstadter
en su libro Gödel, Escher y Bach, es una especie de palíndromo musical, un
espejo del tema musical en el tiempo. Hofstadter explica que estas estructuras
también se hallan en el ADN; una estructura similar a un extraño bucle que se
encuentra en los dibujos de escaleras reversibles de Escher, en las matemáticas
de Gödel, en la música de Bach y en la naturaleza. Hofstadter aplica este mismo
principio a sus diálogos paradójicos entre la Tortuga y Aquiles.
Si bien apreciar la estructura
matemática subyacente de los temas de Bach nos permite dimensionar su fuerza
intelectual y quizás entender el orden de su efecto en nuestra psique, todo
esto es sólo accesorio a la experiencia de escuchar su música y sentir su
belleza. Pitágoras creía que cierta música podía usarse como medicina y como
una herramienta para aumentar la conciencia de sus estudiantes. La música de
Bach tiene cualidades sorprendentes, como explica Joel Robertson en su libro
Natural Prozac, es capaz de relajar y energizar a las personas, incluso
estimulando la producción natural de serotonina. Así que te recomendamos pasar
esta tarde escuchando las fugas de Bach, dedicarte a una actividad
creativo-reflexiva y poner a prueba la magia o la medicina del sonido.
Tomado de :http://pijamasurf.com/2015/07/johann-sebastian-bach-y-la-fascinante-relacion-entre-la-musica-y-las-matematicas/
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