lunes, 12 de junio de 2017

La deprimente teoría que explica por qué los extraterrestres nos ignoran


Esa teoría podría llegar a verdad en cualquier segundo, porque de hecho es lo que vivimos a cada instante: creer en vida alienígena. Por qué los extraterrestres nos ignoran es una incógnita que hemos guardado desde hace mucho tiempo, incluso desde Kant, cuando sugiere vida fuera de este planeta en “Qué es la Ilustración”, y que mejor se ha abierto entre el imaginario popular a partir de criaturas amistosas como las de “E.T.”, seres complejos y pensantes como en “Contact” e ingenieros ultrasofisticados como los de “Prometeus”. Y la respuesta más rápida hoy, que es justo la que ahora planteamos como la más deprimente y posible de todas, concluye en el hecho de que somos muy aburridos para ellos.
Expliquemos esto por pasos. El SETI, acrónimo en inglés para el Search for ExtraTerrestrial Intelligence, surgió en los años 70 bajo el patrocinio de la NASA; su tarea desde entonces ha sido el encontrar señales de vida inteligente fuera de este mundo y el desarrollar tecnología lo suficientemente avanzada como para enviar y recibir manifestaciones varias de lo que se encuentra en el espacio. Sus fundadores, Carl Sagan y Frank Drake, jamás encontraron una señal de claro origen extraterrestre; sin embargo, nos han legado varias detecciones sin origen evidente de emisión, pero que se sugieren producto de una inteligencia extendida.

De entre los resultados y proyecciones que hemos adquirido del SETI, existe una subdivisión conocida como Active o METI, la cual intenta sostener mensajes con la inteligencia no humana e interplanetaria, y no sólo conseguir evidencia de su ser. De entre los varios testimonios, comentarios e impresiones que ha arrojado Doug Vakoch –presidente de este grupo– siempre existen los que sortean las razones o motivos que existen tras la eterna interrogante de por qué si los alienígenas existen, o por lo menos se tiene una probabilidad muy estrecha de su existir, no han establecido ningún contacto claro.
  • En medio de estas declaraciones cabe destacar que Vakoch, para extender todavía más los motivos o contingencias de diálogo con estas criaturas, también apunta que:
    + Es difícil adivinar las intenciones que tendrían al comunicarse con nosotros.

    + Si su inteligencia los ha llevado, igual que a nosotros, a destruirse con sus mismos avances tecnológicos y no trascender la violencia dentro de su civilización, sería muy extraño que nos enviaran mensajes interestelares.

    + De que una civilización ya haya descubierto la manera de viajar entre sistemas, seguro ya sabe que estamos aquí o sospecha con el mismo ímpetu que nosotros; así que, contrario a lo que alguna vez dijo Stephen Hawking, mandar mensajes a los extraterrestres no es un peligro ni nos pone en la visibilidad de un conflicto de recursos.

    + Un diálogo con los alienígenas llevaría años, entonces ese imaginario creado por el cine debe tomarse como ciencia ficción y nada más.
+ La vida fuera de la Tierra puede ser radicalmente distinta a la nuestra o a lo que pensamos que debería ser; ni la presencia de agua en otros planetas ni seres medianamente antropomórficos son garantía de nada.

+ Una aproximación más realista de cómo sería contactar a alguien de afuera en el cine SciFi está en “Arrival”; una película que no muestra invasiones, carnicerías ni cosmogonías extraordinarias, sino que retrata lo complicado de hallar un código de comunicación y entender los propósitos de tales seres.


Los descubrimientos cada vez nos asombran más, las teorías avanzan tan rápido como las innovaciones que nos permiten descubrir otros sistemas de vida o sociedad –o sea, con lentitud–; y entonces estos planteamientos de que somos verdaderamente irrelevantes para otras especies igual o más prosperadas que nosotros no deben tomarse a la ligera, pues tampoco resulta descabellado pensar que éstas existen. Justo como se debate en estos otros textos:

La paradoja de Fermi y las posibilidades de vida extraterrestre

5 fuertes indicios científicos de la existencia de vida extraterrestre

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